No a la sobreprotección, si a los límites
«El exceso de protección a los hijos es una forma de tratarlos mal, hay que saber decir "no"» (Deia, 21/10/06)
Enrique Arranz Catedrático de Psicología de la Familia de la UPV ha puesto en marcha una novedosa herramienta para las familias vía internet.
Rosa Martín - Bilbao
"Prevenir es curar" dice el refrán que el catedrático de Psicología de la Familia de la Universidad del País Vasco, Enrique Arranz, y su equipo de investigación han querido poner en práctica a través de internet. Lleva más de tres años trabajando en la página web "Educar y crecer en familia" que ayer presentó para ofrecer soluciones a los conflictos que puedan surgir en las relaciones familiares
¿Qué es lo que más preocupa a los padres?
Algo básico y que es la causa de muchos problema: saber poner los límites. Los chavales tienen que saber controlarse a sí mismos para saber decir que no a cosas como la droga, no agredir a otros, o tener un comportamiento sexual libre. Esto requiere un proceso educativo y el establecimiento de límites en función de las edades. Hay que cuidarlo desde que nacen.
¿Sirve de algo empezar a poner límites cuando ya tienen 12 años, por ejemplo?
Debe hacerse desde que nacen. Cuando tienen dos años puedes mandar que hagan algo, a los tres que lleve el pan a la mesa...
Pero a los padres les cuesta decir que no a sus hijos...
Hay unas claves para hacerlo. Los padres pueden hacer mucho para el desarrollo intelectual y emocional. Pero vivimos en unos tiempos en los que hay mucha presión del desarrollo socioeconómico, en el mundo laboral, pero los cachorros humanos siguen necesitando atención.
¿Dedican demasiado tiempo al trabajo?
Sí, pero no es cuestión de culpabilizarse porque las cosas son así. Pero, a problemas nuevos, soluciones nuevas.
¿Y en los centros escolares?
Los niños entran en las haurreskolas desde los cuatro meses y se plantean problemas gordos. Los padres van con el termómetro y el jarabe para que la cuidadora se lo dé si le sube la fiebre. Se le da mucho peso al sistema educativo. Lo mismo que la educadora tiene que atender a un niño que tiene fiebre, la empresa debería dejar salir a ese aita para poder cuidarlo. Aquí tiene que arrimar el hombro todo el mundo.
Todo cambia y las estructuras familiares también...
Es más cómodo no negarles nada y, además, requiere tiempo. A eso hay que añadir que los referentes tradicionales que antes nos ayudaban a educar, como la influencia de la religión y las formas más rígidas de la sociedad están en crisis y no se han sustituido adecuadamente.
¿Se necesita una alternativa moderna a estos referentes?
Por eso tiene que haber propuestas nuevas que permitan sustituirlos. Siempre hablando con ellos y dándoles una explicación de lo que se les niega. Y decir que no cuando hay que decir que no, porque no se van a traumatizar. Es más cómodo decir a todo que sí y no profundizar.
Muchos padres piensan que darles mucho cariño es suficiente.
Hace falta tiempo y criterios claros, que es lo que tratamos de ofrecer. No basta con darles afecto. Hay que decir "te quiero mucho" y hay que saber frustrar. El exceso de protección es una forma de tratarlos mal. Si no se educa a los niños, pasa factura.
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